Para empezar tuvimos que lidiar con los trajes de neopreno, sin duda alguna la parte más completa de todo el día, y a partir de ahí rapeles, toboganes de piedra y alguna tirolina.
En general todo era bastante impactante antes de hacerlo, sobre todo los primeros toboganes la sensación era que te ibas a dejar allí medio cuerpo, pero la joya de la corona era el descenso de 30 metros.
Hicimos un descansito a medio barranco para comer.
Al llegar abajo descansar brevemente para retomar un camino de unos 15-20 minutos hasta la vuelta al coche.
Después de todo el reventón en el cuerpo no te lo quita nadie.
Descenso de 30 metros, distintas perspectivas
Vista global del decenso
Elvira demostrando sus facultades
Dolmen que había por allí al fondo
Descenso Perpendicular